La distribución de la sabina ocupa la zona mediterránea, Madeira y Canarias, donde es abundante en La Gomera y el Hierro, de donde es símbolo vegetal.
La sabina destaca por su adaptación a diferentes tensiones climáticas, a grandes oscilaciones. Pudiendo alcanzar hasta 8 metros de altura, es un arbusto o pequeño árbol con tronco de corteza oscura y escamosa; por el azote del viento suele presentar sus ramas retorcidas, achaparradas, tendidas hacia el suelo.
Su aprovechamiento se realiza desde la época aborigen, siendo muy apreciada su madera por ser sólida e incorruptible, habiéndose empleado habitualmente en tareas de ebanistería y carpintería.